11. 1 de Reyes
EFESIOS 5: 14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.15 Mirad, pues, cómo andéis Avisadamente; no como necios, más como sabios; 16 Redimiendo el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
A los que conocemos a Cristo y nos hemos adormecidos, nos llama a despertar, ya no a levantarnos, como en nuestra antigua vida en que estábamos muertos; Cristo se manifestara nuevamente, y alumbrara nuestros caminos para que transitemos en sabia conciencia.
Evaluando nuestra forma de actuar, para cerciorarnos de que es la correcta, no como necios creyendo en nuestra propia razón, sino como sabios, reconsiderando a diario nuestro comportamiento con humildad, y no con vanidad.
Aprovechando bien el tiempo, teniendo prioridades, no descuidando el propósito dado por DIOS, tampoco nuestra vida, predicando con las palabras y con el ejemplo, donde estemos.
No siendo imprudentes en el conocimiento de DIOS, desperdiciando nuestras vidas en hechos sin frutos para el reino de DIOS, porque la voluntad de DIOS es nuestra transformación, la obediencia a los mandamientos, preceptos, y fundamentos, que cambian nuestra vida y la de nuestros seres queridos, siendo guías y ejemplo para ellos, como para quienes comparten nuestra vida, y quienes nos observan para gloria de nuestro padre y su iglesia.
ROMANOS 13: 11Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; Porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
A veces en nuestro ministerio llega un tiempo de desierto, sin motivación, sin rumbo, ese tiempo es el que nos define, una prueba de fe, habiendo conocido a Cristo y necesitado de su alimento, nos fuimos transformando y crecimos espiritualmente, esa preparación es el punto de partida hacia la salvación, mirar atrás nos permite ver cuán cerca estamos de Cristo de lo que estábamos en un principio, y lo que él nos ha dado por amor, entonces es tiempo de que nosotros comencemos a dar como él lo hizo con nosotros.
2° TIMOTEO 4: 1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Ante la cercanía del juicio en la que nuestras vidas van a ser juzgadas por nuestra obediencia, debemos predicar la verdad de DIOS, aunque nadie nos quiera escuchar, o no estén de acuerdo, debemos hablar con la verdad, con la justicia, con el amor, con el ejemplo de Cristo, y la esperanza que trajo a nuestras vidas, en el momento que el padre lo requiera, no en el que nos quede cómodo, y el tiempo que sea necesario, aunque nos amenacen, ser fieles a la verdad que viene del padre y no callar.
Corregir y enderezar a aquellos que faltan a la verdad y la justicia de DIOS, haciendo reproches por amor a ellos, para que no se pierdan. Con paciencia, comprensión, y palabras bondadosas, no con brusquedades, ni irritabilidad, o engreídos.
La enseñanza es rechazada por la carga pesada y estricta sobre los principios y fundamentos, que no se adaptan a los cánones de hoy día, entonces es más fácil tomar lo que conviene a nuestro estilo de vida actual y desechar lo otro, solo lo que satisfaga se tomara, lo ingenioso y sensacionalista, pasando de maestro en maestro, o de doctrina a otra, dejando de escuchar la verdad y de escudriñarla, pues solo es revelada por el espíritu santo, y quien no quiere escuchar o ver, se perderá en falsas doctrinas , fabulas, y charlatanerías.
Escriba listas de “que debo hacer”.
En este caso debemos tener claro que es lo que nuestro corazón nos reclama, donde tenemos puesto el corazón, allí esta nuestro tesoro, pero para DIOS, este tesoro es espiritual, nuestros anhelos que no tienen que ver con lo material y mundano, sino con lo espiritual; respecto al desarrollo de nuestro ser, y las metas que nos proponemos en nuestra transformación; para con nuestras familias, la restauración basada en la unidad, bajo los preceptos, fundamentos, y principios cristianos, ser la roca en la que se funde la simiente de nuestro linaje cristiano en nuestra propia familia; y en lo ministerial el desarrollo de nuestros dones para beneficio de la iglesia y el mundo.
Establezca sus prioridades.
Primero el desarrollo personal, la transformación y maduración, y el conocimiento de la voluntad de DIOS, llenarnos de amor en Cristo para tener de que dar a nuestros semejantes; luego trasmitirlo a nuestra familia, una familia bien constituida es ejemplo de nuestra autoridad en la palabra de DIOS, y nuestro dominio frente a las imposiciones del mundo; todo esto nos prepara para nuestro trabajo como obreros del reino de DIOS.
Evite el perfeccionismo.
Dar lo mejor de nosotros, significa actuar de corazón, con lo que DIOS sembró en nosotros, tratar de perfeccionarlo es utilizar nuestra mente y raciocinio, es como querer decidir lo correcto por nosotros mismo y no dar lugar a la guía del espíritu santo en lo que nos marca.
Cuestione todo lo que usted baya a hacer.
Evaluar constantemente nuestras decisiones nos mantiene atentos a cada paso de nuestro crecimiento, separando lo importante y necesario, de lo postergable, logrando de esa manera avanzar sin demoras en situaciones innecesarias.
Dele la bienvenida a la tensión.
En este camino de cambios se nos presentaran situaciones de tensión, dejar que nos absorban y nos dominen, es permitirle al enemigo que nos aleje de nuestras metas, hacerles frente aunque nos aflijan es dominarlas y proseguir a la meta.
Evite el desorden.
Definir cuáles son las herramientas que DIOS nos da y mantenerlas al alcance de nuestras manos para utilizarlas correctamente y en el momento adecuado.
Evite posponer.
Realizar lo primordial, luego lo necesario, por ultimo lo deseable.
Controle las interrupciones y distracciones.
Ya sea en el conocimiento de la palabra, la oración, la enseñanza, o la predicación, debemos controlar las distracciones, decidiendo en qué lugar, y tiempo las realizaremos, para que no haya interrupciones.
Delegue sus debilidades.
Reconocer nuestras debilidades nos hace humildes frente a los hombres, pero nos engrandece en los cielos frente a los ángeles, delegar es permitir que la obra continúe para edificación del pueblo de DIOS, no para nuestro engrandecimiento.
Evaluación: tres preguntas sabias
Que se requiere de mí verdaderamente.
En que actividades logro los mejores resultados.
Que es lo que me da mayor recompensa.
Estas preguntas intimas nos sirven para determinar cuál es la voluntad de DIOS para con nosotros.
Tiempo en el desarrollo del liderazgo
Instrucción.
Demostración.
Experiencia.
Apreciación.
Todo aprendizaje proviene de la práctica y la practica con el ejemplo, y el ejemplo de la palabra, y la palabra es DIOS.
Comparaciones
Eventos: motiva a nuevos desafíos.
Proceso: madura y desarrolla a las personas.
En quienes invertir tiempo para entrenarlos
Cuando DIOS padre toca a una persona le deja una marca, no una marca visible a los ojos del hombre, sino una marca que se siente en el espíritu, esa marca representa un desafío en este mundo y un lugar en los cielos, que trae consigo una responsabilidad y exigencias para con nuestras vidas, ese toque de DIOS y el amor de nuestro hermano Jesús nos transforma de tal manera que cambia nuestras vidas, llenándonos de luz para servir de guías a otros hacia DIOS por medio de Cristo, esta gracia del padre depositada en nosotros nos destaca, pero es DIOS quien nos llama para ser guías, no nos elige el hombre.